Sin salidas  

21/03/2022

La tensión generada por el conflicto entre Ucrania y Rusia superó las expectativas de cualquier pronóstico, donde la diplomacia parece no alcanzar a ofrecer una solución segura. Rusia en principio tenía tres objetivos claros dentro de este conflicto, el primero es que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no desplegará misiles balísticos cerca de las fronteras de Rusia, una postura lógica y comprensible; Segundo, que dicha organización no acepte nuevos miembros del Este de Europa como lo es Ucrania y Georgia, esta es una postura más debatible ya que cada país es libre de estructurar su política exterior; Tercera, que se desinstalen bases militares y de defensa  en el Este de Europa, donde se incluyen países como Polonia, Hungría, República Checa, Bulgaria, Rumania, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Estonia, sin duda esta tercer exigencia es compleja considerando los antecedentes históricos que tienen dichos países con Rusia. 

Por su puesto que la OTAN no aceptaría las anteriores demandas y tratando de prevenir que el conflicto escalara aún más se encuentra dentro de la búsqueda de soluciones una: los Acuerdos de Minsk. Se trata de un protocolo entre Ucrania, Rusia, República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, firmado en 2014 y un segundo protocolo en 2015, sin embargo, cabe mencionar que dicho protocolo nunca se respetó por las partes integrantes.

El acuerdo se centra en doce puntos clave:

1. Alto al fuego en las regiones de Donetsk y Lugansk

2. El retiro de armas para crear una zona de seguridad en la línea del frente, prohibiendo las operaciones ofensivas y el vuelo de aviones de combate en las zonas de seguridad. 

3. La OSCE garantizará el seguimiento y la verificación del cumplimiento del tratado estableciendo grupos de trabajo para ello. 

4. Liberación inmediata de todos los secuestrados y detenidos ilegalmente.

5. Toma de medidas encaminadas a mejorar la situación humanitaria en la región.

6. Restauración plena de las relaciones socioeconómicas entre el gobierno central y las zonas rebeldes.

7. Amnistía para las personas relacionadas con los hechos que han tenido lugar en Donetsk y Lugansk, excepto a aquellos casos de delitos que sean considerados graves.

8. Iniciación de un diálogo sobre las condiciones para celebrar elecciones locales sobre el orden de autogobierno local provisional en Donetsk y Lugansk, así como sobre el régimen futuro de estas zonas.

9. El acuerdo tiene que ser aprobado por el parlamento de Ucrania indicando el régimen especial de autonomía local en las provincias de Donetsk y Lugansk. 

10. Compromiso a una reforma constitucional que suponga la aprobación de un régimen especial de autogobierno en los territorios de Donetsk y Lugansk

11. Todas las unidades armadas y equipos militares extranjeros, así como mercenarios saldrán del país y se desarmarán todos los grupos armados ilegales.

12. La aprobación de un programa de recuperación económica y reconstrucción de la región.

Como ya se mencionó, ni Rusia ni Ucrania han venido respetando dichos Acuerdos, sin embargo, si hablamos de evitar una guerra puede ser un buen punto de partida donde de cierto modo todos los actores salen ganando si comparamos este acuerdo con el escenario de guerra entre Rusia y Ucrania. Por parte, Ucrania conseguiría la normalización de la situación con Donetsk y Lugansk y recuperar en cierto modo el control de los territorios que de facto son independientes desde 2014. También, Ucrania evitaría la invasión de su país por parte de Rusia con todo lo que ello conlleva y terminaría con un conflicto que ya ha causado pérdidas humanas y un gran gasto económico, además, la aplicación de los Acuerdos de Minsk mejoraría mucho la situación humanitaria en la zona. 

Lamentablemente, las tensiones no fueron soportadas y el 24 de febrero de 2022 pasó a ser un día histórico, el presidente de Rusia se dirigía al mundo en un discurso en el que anunciaba el inicio de una operación militar en Ucrania. Y así sin más, Rusia comenzó a bombardear puntos estratégicos en toda Ucrania, un bombardeo que duró entre dos y tres horas golpeando instalaciones estratégicas del país como aeródromos y aeropuertos, bases militares, estaciones de radar, sistemas de defensa aérea, con el fin de reducir la capacidad de respuesta ucraniana ante esta invasión.

Ese mismo día medios locales registraban la entrada de tanques y carros de combate rusos desde bastantes frentes, los ataques más importantes llegaban a través de Crimea, la región conocida como el Donbass, así como desde Bielorrusia, un país que demuestra su apoyo a Rusia.

La primera respuesta de Ucrania fue declarar la Ley Marcial llamando a la población a defender el país, una de las medidas más drásticas fue la decisión del gobierno ucraniano de repartir armas a los civiles. También, se anunciaba la apertura gratuita del metro de Kiev para que éste fuera utilizado como refugio, de inmediato las salidas de la ciudad colapsaron, pues miles de civiles buscaban abandonar la ciudad capital.

La reacciones por parte de otras naciones no se hicieron esperar, EEUU y la Unión Europea condenaron de inmediato la invasión y procedieron a anunciar paquetes de sanciones contra Rusia las cuales incluían al menos el bloqueo de  empresas estatales rusas de los mercados de deuda, congelar activos rusos en EEUU, así como bloquear importaciones de alta tecnología que resultan  vitales para la industria militar rusa; por su parte, Polonia y demás países frontera con Ucrania anunciaban que estaban listos para acoger a miles de refugiados ucranianos.

Para el tercer día Rusia aceptaba llevar a cabo negociaciones, esto por la respuesta que Ucrania dio en el campo de batalla ya que no se esperaba que las fuerzas ucranianas resistieran y contraatacaran. Sin embargo, esta primera negociación no tuvo buenos avances. Para este punto del conflicto cada vez más países comenzaron a hacer pública su postura, se aseguraba que 26 naciones ya estaban enviando a Ucrania ayuda humanitaria, así como armas y equipo de combate. Alemania sorprendió al confirmar el cambio de rumbo de su política exterior ya que en principio este país se había mostrado neutral frente a las presiones, esto por la dependencia que se tiene del gas ruso, sin embargo, ello no fue impedimento para que comenzara a enviar armas a Ucrania.

Ursula Von Der Leyen, actual presidenta de la Comisión Europea también generó debate al hacer 2 importantes declaraciones, primero el abrir las puertas para que Ucrania se integre a la Unión Europea (UE) y, por otro lado, anunció que la UE por primera vez iba a financiar la compra de armas para el ejército ucraniano, un paquete de ayuda valuado en cerca de 500 millones de euros. EE. UU. y Francia aconsejaron a sus ciudadanos abandonar Rusia; la embajada de EE. UU. en Bielorrusia cancelaba su actividad y Japón se unía a las sanciones contra Rusia, adicionalmente anunciaba un crédito de 100 millones de dólares en favor de Ucrania. Suiza, históricamente neutral en los conflictos, decidió aplicar sanciones. Turquía por su parte, informaba el cierre de los estrechos del Bósforo y Dardanelos a navíos de la armada rusa invocando la Convención de Montreux firmada en 1936, la cual regula el tránsito de buques de guerra de otros Estados a través de estos. Tanto la UE como EE. UU. y Reino Unido decidieron congelar los activos del banco central ruso con el fin de impedir que puedan ser utilizados. Sin duda Rusia a pesar de sus constantes amenazas nucleares se ha enfrentado a una resistencia internacional y militar mayor de lo que esperaba, teniendo graves repercusiones en su economía y un impacto para los mercados financieros internacionales.

Por otro lado, la situación humanitaria continúa deteriorándose las cifras de refugiados superan ya los 2 millones, esto según datos de la ONU, aunque por otro lado cerca de 80,000 ucranianos han regresado a su país para apoyar en la defensa. Con el paso de los días nuevas decisiones se van tomado por parte de empresas privadas, la americana Boeing ha suspendido el mantenimiento y servicio técnico a sus aviones vendidos a aerolíneas rusas, empresas estadounidenses como Apple, Nike, FedEx, así como el grupo Español Inditex, entre otras, han anunciado que suspenden sus operaciones en Rusia

Otro gran problema al que se enfrenta Rusia es la cotización en la bolsa por parte de la Gazprom, la empresa rusa de gas más importante en Europa, donde en la bolsa de Londres bajó hasta un 85% con riesgo a entrar en quiebra tal como está sucediendo con una de sus filiales la cual construyó el gaseoducto Nord strem 2 que se conecta con Alemania. El petróleo no ha dejado de subir en precio, algo que preocupa a los mercados internacionales y que ha dado pie a crear nuevas estrategias de geopolítica, la que más llamó la atención fue las negociaciones que EE. UU. busca hacer con Venezuela. Por su parte el Banco Mundial anunció que prepara una ayuda de 3000 millones de dólares para Ucrania.

En general las posturas de los países concuerdan con la votación en la sesión extraordinaria de la Asamblea de la ONU, la primera que se celebraba en 40 años. Por su puesto dicha Asamblea ha condenado la invasión e instado a Rusia a que se retire de Ucrania, esta postura tuvo 140 votos a favor, 5 en contra y 34 abstenciones. Entre los votos negativos se encuentra Rusia por supuesto, Corea del Norte, Siria, Bielorrusia y Eritrea. En las abstenciones tenemos a China, India, Cuba, El Salvador, Bolivia, Nicaragua, Kazajistán, entre otros.

Después de 3 rondas de negociaciones se ha alcanzado la apertura de más corredores humanitarios sobre todo en el Sureste de Ucrania; Otro gran avance es que Rusia ha bajado las exigencias que en principio sostenía. Ahora ha puesto sobre la mesa que en primer lugar constitucionalmente Ucrania se declare neutral entre bloques, es decir, que no puede unirse a ningún tipo de alianza ni con Rusia ni con la OTAN y la UE; Segundo, que se reconozca la independencia de la zona denominada Donbass, esto es que reconozca a la República popular de Donetsk y Lugansk como independientes; y la tercera, que la anexión de Crimea a Rusia sea reconocida.

Si bien la postura de Rusia es menos rígida y realista, es complejo que Ucrania acceda al tener la presión de Occidente sobre sus hombros ya que de acceder a esas exigencias esto sentaría un precedente donde nadie asegura que Rusia no pueda tomar acciones similares en otras naciones como Moldavia o Georgia.

Las consecuencias hasta ahora son muy graves, una crisis humanitaria por el desplazamiento forzado al interior de Ucrania, así como la migración de millones de personas que huyen de la guerra, familias separadas y miles de personas fallecidas donde un gran porcentaje corresponde a civiles. En materia económica y financiera tenemos a los mercados inestables, incrementos en los costos de combustibles provocados por la escasez; De igual forma tenemos afectaciones en las comunicaciones comerciales tanto marítimas como aéreas. Pero sin duda la consecuencia más preocupante es la amenaza a la seguridad internacional.

Si bien es cierto que las instituciones y organizaciones construidas después de la segunda guerra mundial con el fin de mantener la paz y seguridad internacionales, así como lograr la cooperación internacional han llevado a cabo tareas sumamente importantes, éstas parecen quedar cortas frente a un conflicto de esta naturaleza, ello nos hace reflexionar sobre la necesidad de una reestructura encaminada a lograr un renovado sistema internacional, tomar medidas que modernicen dichas instituciones y organizaciones como lo es la ONU y en especial el Consejo de Seguridad, que realmente logren responder a las problemáticas actuales y que se evite llegar al punto donde lamentablemente están hoy estas dos naciones.

 

 

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