La responsabilidad social de los negocios consiste en incrementar sus beneficios
Milton Friedman
El principio de precaución hace referencia a un conjunto de medidas y estrategias éticas que se llevan a cabo por los tomadores de decisiones para proteger a la población ante cualquier situación que sea perjudicial, especialmente cuando exista un riesgo futuro científicamente posible, pero se encuentra dentro de un escenario incierto, con potencialidad de causar daños a la salud pública o al medio ambiente.
La gran velocidad con la que las ciencias y tecnologías han avanzado y con ello el desarrollo de la sociedad, ha traído cosas buenas, pero también ha creado nuevos riesgos para el ecosistema, el medio ambiente y, por supuesto, para la condición humana.
Ante lo anterior, los expertos deben trabajar para ejecutar principios de precaución, con el objetivo de generar un mundo sustentable para las futuras generaciones.
Para una conceptualización del principio de precaución podemos encontrarlo en numerosas fuentes como lo sería en tratados, declaraciones internacionales, así como también en la literatura ética. Es un principio que solo se aplicará en situaciones donde exista incertidumbre científica en cuanto a la naturaleza, las probabilidades, la magnitud que podría alcanzar y, el daño que pudiese ocasionar; el principio de precaución va a ser exactamente proporcional al riesgo.
En este principio las estrategias están indicadas para reducir o eliminar el riesgo del daño, pero también se elaboran para controlar el daño en caso de que se haya producido. Parte de su objetivo consiste en generar protocolos de investigación para entender el riesgo y medirlo, permitiendo que las amenazas tratadas bajo el principio de precaución puedan ser gestionadas en sistemas de control.
Aunque algunos autores afirman que el principio precautorio nació en Suecia, muchos otros afirman que nació en Alemania con un anteproyecto de ley de 1970. Este anteproyecto de ley buscó regular la contaminación del aire y las diferentes fuentes de contaminación: el ruido, las vibraciones, entre otras.
Un ejemplo más reciente en nuestra actualidad es el de la Pandemia de COVID-19, toda vez que, con el principio precautorio se aplicaron diversas restricciones de vuelos, cierre de fronteras, cuarentenas y otras medidas.
El principio precautorio está recogido en la actualidad en números tratados, algunos de estos son: la Convención de Bamako (1991), en la que se establece la prohibición de importar a África desechos peligrosos; el Convenio de Estocolmo (2001) sobre contaminantes orgánicos; la Declaración Ministerial de la OCDE (2001) sobre la política de desarrollo sostenible, y el Reglamento sobre la seguridad alimentaria en la Unión Europea (2002).
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