Un niño, un profesor, un libro y una pluma pueden cambiar el mundo
Malala Yousafzai
Garantizar el derecho de los niños, niñas y adolescentes es un punto esencial para el futuro de nuestra sociedad, y es nuestro deber proteger y garantizar sus derechos para que puedan crecer y desarrollarse en un entorno seguro y saludable. Sin embargo, no podemos olvidar que existen situaciones de vulnerabilidad que agudizan los desafíos, son los más vulnerables entre los vulnerables: los niños, niñas y adolescentes huérfanos.
Se pueden considerar huérfanos a quienes han perdido a uno o ambos padres debido a diversas circunstancias, como conflictos armados, desastres naturales, enfermedades, accidentes, entre otros.
El primer derecho que las niñas, niños y adolescentes huérfanos merecen es el derecho a la protección y cuidado adecuado. Cuando alguno o ambos padres fallecen, quedan en una situación vulnerable y pueden enfrentar situaciones de abuso, explotación, descuido o negligencia, agudizándose bajo ciertos factores como la edad, la falta de una estructura familiar de contención y la pobreza.
Los gobiernos y las organizaciones civiles deben trabajar en conjunto para garantizar que las niñas y niños huérfanos de ambos padres sean acogidos en entornos seguros y amorosos, ya sea en familias adoptivas, hogares de acogida o instituciones adecuadas. Recordemos que, incluso en los casos en donde sobreviva uno de los padres el contexto puede ser muy desventajoso.
Las niñas, niños y adolescentes a menudo enfrentan desafíos de salud física y mental debido al trauma de perder a alguno o ambos de sus padres y las dificultades que puedan haber enfrentado antes o después de esa pérdida. Por lo tanto, es esencial garantizar que tengan acceso a los programas de salud y bienestar específicos, así como el acceso a una alimentación adecuada y vivienda segura, son elementos esenciales para garantizar su bienestar.
Los gobiernos y las organizaciones deben tomar medidas para registrar y documentar adecuadamente a estos niños, niñas y adolescentes, resguardando su derecho de identidad lo que les permitirá acceder a sus derechos humanos básicos. Además, es fundamental fomentar su participación en la toma de decisiones que afecten sus vidas y comunidades, brindándoles una voz y empoderándolos para que contribuyan positivamente al mundo que los rodea.
En el ámbito educativo es esencial que se garantice su educación, sobre todo en los niveles básicos e intermedios, ya que representa la base para su desarrollo personal y futuro éxito en la vida. Por lo tanto, es crucial que se eliminen las barreras que les impida accedan a una educación adecuada.
Lo anterior incluye proporcionar becas y programas de apoyo financiero, así como garantizar que las escuelas sean lugares seguros y amigables para los niños, niñas y adolescentes que han experimentado la pérdida de alguno o ambos padres.
Los huérfanos merecen el mismo amor, cuidado y oportunidades que cualquier otro niño. Garantizar y proteger sus derechos es una responsabilidad compartida entre el gobierno, las organizaciones no gubernamentales, las comunidades y las familias, quienes deben unir esfuerzos para brindarles un entorno seguro, acceso a una educación de calidad, atención médica adecuada y la posibilidad de desarrollar una identidad fuerte y una voz en la sociedad, para construir un futuro más justo y esperanzador para todos.
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