Coluna Fictio Iuris
Las vacunas son una de las herramientas más importantes que tenemos para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas y proteger la salud pública, configurándose como instrumentos fundamentales para reducir la incidencia de enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y la viruela, salvando innumerables vidas.
No obstante, desafortunadamente, ha habido casos en los que individuos o grupos han intentado cometer fraude relacionado con las vacunas; fraude que puede tomar muchas formas, tales como vender vacunas falsas o ineficaces, hacer afirmaciones falsas sobre la seguridad o la eficacia de las vacunas, o usar tácticas de marketing engañosas para convencer a las personas de que compren tratamientos no probados.
El fraude de vacunas es un problema grave porque puede poner en riesgo la salud de las personas, toda vez que, si las personas reciben vacunas falsas o ineficaces, pueden creer que están protegidas contra una enfermedad cuando en realidad no lo están, dejándolas vulnerables a la infección. Las afirmaciones falsas sobre la seguridad o la eficacia de las vacunas también pueden hacer que las personas eviten vacunarse por completo, lo que puede tener graves consecuencias para la salud pública.
Desde el pasado mes de diciembre y como consecuencia del aumento descontrolado de casos de COVID-19 en China -el cual muchos especulan que mayor del reportado por las autoridades asiáticas-, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que la famosa vacuna CanSino, que fue una de las primeras que vieron la luz en el escenario de la pandemia, en realidad, no tenía ni tiene eficacia, convirtiéndose más en un placebo que un verdadero remedio.
Es importante estar alerta contra el fraude de vacunas y tomar medidas para protegerse a uno mismo y a la comunidad, lo cual incluye desconfiar de cualquier afirmación que parezca demasiado buena para ser verdad, verificar las credenciales de cualquier persona que ofrezca vacunas o servicios relacionados con vacunas, y solo obtener vacunas de fuentes confiables y acreditadas. Además, es necesario contar con una mayor transparencia de gobiernos e instituciones, de tal forma que se pueda determinar con certeza si una vacuna es realmente eficaz, lo cual no queda muy claro en el caso de CanSino -en Europa no es considerada como válida-, sin prestarse a intereses de la poderosa industria farmacéutica.
En conclusión, el fraude de vacunas es un problema grave que puede tener importantes consecuencias para la salud pública, por lo que es importante mantenerse alerta y tomar medidas para prevenir y sancionar prácticas fraudulentas relacionadas con las vacunas.
Imagem Ilustrativa do Post: All Photos-224 // Foto de: Joost Markerink // Sem alterações
Disponível em: https://www.flickr.com/photos/joostmarkerink/26399003901
Licença de uso: https://creativecommons.org/licenses/by/2.0/
