Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos

porque uno termina pareciéndose a ellos

 Jorge Luis Borges

El repentino interés que generó el acercamiento entre Corea del Norte hacia Corea del Sur ha levantado las esperanzas de detener un posible conflicto bélico entre Corea del Norte y Estados Unidos de América, naciones que, a inicios de 2018, se enfrascaron en una fuerte batalla dialéctica presidida por una serie de constantes amenazas que pusieron al mundo a reír y temblar al mismo tiempo. En esta tesitura, el presidente norcoreano, Kim Jong-Un, realizó en año nuevo un discurso en el que indicaba que se centraría en la producción masiva de ojivas nucleares y misiles balísticos, al mismo tiempo que advertía a Trump que no se atreviera a iniciar una guerra ya que Estados Unidos está al alcance de sus armas nucleares y tiene un botón nuclear en su escritorio, obteniendo una respuesta pronta y expedita por parte del presidente norteamericano, quien literalmente manifestó: “por favor, que alguna persona de su régimen hambriento y empobrecido le informe que yo también tengo un botón nuclear, mucho más grande y más poderoso, y ¡que funciona!”.

Los empeños que ha puesto Estados Unidos de América, especialmente los realizados por Trump, sólo han logrado radicalizar la postura del Líder supremo norcoreano que sueña con una Corea del Norte como una superpotencia nuclear.

Dado lo anterior, el acercamiento de Corea del Norte y Corea del Sur a raíz de la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 ha sorprendido enormemente a la comunidad internacional, haciendo que se ponga en discusión la posible mejora de las relaciones entre ambas naciones, incluso, hasta un posible punto de unificación; sin embargo, estas señales inusualmente amistosas han generado el escepticismo de muchos, ya que la historia entre ambas Coreas, separadas por la Guerra Fría, ha estado tintada con mucha tensión, división, enfrentamiento, boicots, terrorismo y negociaciones que no logran una reconciliación. Son muchos los ejemplos de la complejidad anteriormente señalada en cuanto a las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur, pues bastaría con remitirse a la historia de conflictos y ataques que ha perpetrado Corea del Norte contra el país del sur, como los intentos de asesinato del Presidente de Corea del Sur, Park Chung-Hee; el bombardeo de Rangún en el que murieron varios Ministros, Viceministros y un Secretario de Estado; el atentado en el Aeropuerto Internacional de Gimpo, y el ataque terrorista sobre una aerolínea coreana, esto último, con la intención de generar caos y evitar que los Juegos Olímpicos de 1988 se celebraran en Seúl.

Cabe mencionar que se especula que las intenciones de acercamiento de Corea del Norte van dirigidas a dividir, a generar discordia y a que se detengan los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur.

Por último, la situación de Corea del Norte y el papel que está asumiendo en la disputa es parecida a la de un árbitro de una pelea callejera; por lo que abrir un camino de acercamiento entre los dos líderes -quienes han reemplazado la diplomacia en amenazas ocasionales-, no será fácil y, adicionalmente, deberá cuidarse de no sufrir un fratricidio.