Fictio Iuris
La venta de cachorros en México es una actividad que puede parecer sencilla a primera vista, pero implica una serie de riesgos legales significativos que tanto los vendedores como los compradores deben considerar. Estos riesgos abarcan una amplia gama de cuestiones, desde el bienestar animal hasta la protección del consumidor, pasando por aspectos fiscales y de regulación sanitaria. En este sentido, por lo que respecta a la legislación, hay que tener presente que, en México, el bienestar animal está regulado tanto a nivel federal como estatal, de tal forma que la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y la Ley de Protección a los Animales en diversos Estados establecen normas claras sobre el trato y las condiciones en que deben mantenerse los animales. Es por ello que la venta de cachorros incumpliendo estas normas puede llevar a sanciones administrativas y penales.
Entre esas condiciones se establece que los animales deben ser mantenidos en condiciones adecuadas de higiene, alimentación y salud, por lo que los criadores y vendedores de cachorros deben asegurarse de que los animales no sean sujetos a crueldad o negligencia pues, de lo contrario, las infracciones en este ámbito pueden resultar en multas significativas e, incluso, en el decomiso de los animales y la suspensión de las actividades comerciales. Además, es obligatorio que los cachorros sean vendidos con certificados de salud expedidos por veterinarios certificados, que demuestren que los animales han recibido las vacunas necesarias y están libres de enfermedades contagiosas, de tal modo que la omisión de este requisito puede derivar en sanciones legales y en demandas por parte de los compradores si los animales enferman poco después de la compra.
A todo lo anterior hay que añadir la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC), la cual también tiene implicaciones importantes para la venta de cachorros, ya que los vendedores deben proporcionar información veraz y completa sobre el estado de salud y la raza del cachorro. Es así que la publicidad engañosa o la omisión de información relevante puede resultar en sanciones por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO). En este sentido, la LFPC exige que los cachorros cuenten con una garantía que permita su devolución o el reembolso del dinero en caso de que no cumplan con las condiciones acordadas, por lo que los vendedores deben estar preparados para asumir la responsabilidad en estos casos y ofrecer soluciones adecuadas a los consumidores. En esta tesitura, es recomendable que las transacciones incluyan contratos detallados que especifiquen las condiciones de la venta, incluyendo la salud del cachorro, su pedigree y cualquier garantía ofrecida, por lo cual, la falta de documentación adecuada puede complicar la resolución de disputas legales y resultar en perjuicio para el vendedor.
En otro orden de cosas hay que tener presente también que, como cualquier actividad comercial, la venta de cachorros en México está sujeta a regulaciones fiscales. Es así que los vendedores deben estar registrados ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) y emitir facturas correspondientes por las ventas realizadas, pues la omisión de estas obligaciones puede resultar en sanciones fiscales y en problemas legales por evasión de impuestos, por lo que es crucial que los vendedores mantengan un registro riguroso de sus ingresos y gastos, y presenten las declaraciones fiscales correspondientes en tiempo y forma. Además, el SAT regula las operaciones en efectivo, especialmente aquellas que superan ciertos montos, lo cual hace que, considerando que las ventas de cachorros de razas puras y costosas pueden alcanzar valores significativos, es importante cumplir con las disposiciones legales para evitar problemas con la autoridad fiscal.
Como último aspecto a tener en cuenta, ha y que señalar que, en algunos Estados y municipios de México, existen regulaciones específicas sobre la venta de razas de perros consideradas peligrosas, haciendo que se puedan requerir licencias especiales para su cría y venta. Es por ello que resulta común que las leyes locales exijan que los perros de razas peligrosas sean identificados y registrados.
En definitiva, la venta de cachorros en México está rodeada de un entramado legal complejo que abarca diversos aspectos, desde el bienestar animal hasta la protección del consumidor y las obligaciones fiscales. Como consecuencia de ello, los vendedores deben estar plenamente conscientes de estas regulaciones y actuar en conformidad con ellas para evitar sanciones legales y proteger su negocio. Asimismo, los compradores deben estar informados sobre sus derechos y exigir que las transacciones se realicen de manera transparente y conforme a la ley, pues la comprensión y el cumplimiento de las normativas vigentes no solo garantizan una actividad comercial legal y ética, sino que también contribuyen al bienestar de los animales y a la satisfacción de los consumidores.
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