Ser o no ser: el caso Kosovo

19/04/2021

Un enunciado es válido cuando sus condiciones de validez se han cumplido

Jürgen Habermas

Ser una mujer joven que se desempeña en un cargo de poder es, sin duda, todo un mérito y si ese cargo es la presidencia de un país el logro resulta aún más grande.

Vjosa Osmani-Sadriu a sus pocos 38 años fue electa como la nueva jefa de Estado de Kosovo para el periodo de los próximos cinco años, cargo que, si bien es principalmente protocolario, tiene importancia por ostentar la comandancia de las fuerzas armadas.

Desde noviembre del 2020 hasta marzo del 2021, Vjosa ya había desempeñado el cargo de presidenta, pero interinamente. La razón por la cual tuvo que asumir la presidencia interina fue debido a la renuncia de su antecesor en el cargo, Hashim Thaci, quien ejerció como presidente desde el 2016 hasta que se le acusó de crímenes de guerra frente a un tribunal especial en La Haya.

Se debe mencionar que Thaci fue comandante del Ejército de Liberación de Kosovo durante la guerrilla por la cual Kosovo logró su independencia de Serbia y el Tribunal Especial para Kosovo se constituyó en el 2015 precisamente con la finalidad de investigar los crímenes que se cometieron en dicha guerra de independencia; este tribunal trabaja de acuerdo con las leyes de Kosovo, aunque los jueces son internacionales y bajo esta forma es que se dará seguimiento al proceso de Thaci por supuesta tortura, detención arbitraria, desaparición forzada y el asesinato de unas cien personas, entre otros crímenes.

Aunque existe un tribunal para juzgar los crímenes de dicha independencia, esta misma aún no ha logrado un pleno reconocimiento internacional siendo Serbia, China y Rusia los principales países en negarse a admitir a Kosovo como Estado independiente con lo cual este no puede formar parte de organismos internacional, mientras que entre los principales países que sí reconocen a Kosovo como uno más, se encuentran Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Japón.

Una de las labores de Osmani para contribuir a la independencia de Kosovo fue que en el 2010 formó parte de una delegación kosovar que defendió la independencia de su país ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la cual por 10 votos a favor frente a 4 en contra determinó que no hay norma internacional que impidiera su declaración de independencia, aunque esa conclusión de la CIJ no fue con carácter vinculante para los Estados miembros.

Y si bien desde ese entonces Osmani se convirtió en una figura importante dentro de la vida política de Kosovo, fue durante su tiempo como presidenta interina que llevó a cabo todo lo necesario para ser presidenta electa. Al mismo tiempo que se desarrollaba su presidencia interina, Osmani-Sadriu también fue presidenta de la Asamblea de Kosovo, hasta disolvió la Asamblea y convocó a elecciones parlamentarias en las cuales el arrollador triunfante fue el partido de izquierda Vetevendosje, mismo partido al que pertenece Albin Kurti, primer ministro de Kosovo.

Para poder ser electa como presidenta, ya no interina, Osmani-Sadriu se alió con el primer ministro, sin embargo, estuvo cerca de no obtener los votos necesarios, pues en las primeras dos rondas de votos en el Parlamento no logró obtener el apoyo de dos terceras partes de los 120 diputados integrantes de la Cámara, no fue sino hasta una tercera ronda que fue elegida, por mayoría simple. En caso de que no hubiese resultado electa, el Parlamento tendría que haber dejado pasar siete semanas para posteriormente llevar a cabo otras elecciones. Mientras esto acontecía Osmani-Sadriu dejo el desempeño de la jefatura de Estado en un nuevo presidente interino, Glauk Konjufca, quien también la sucedió como presidente en la Asamblea.

El triunfo de Osmani-Sadriu y de Kurti en las jefaturas de Estado y de Gobierno, respectivamente, bajo la bandera del partido de izquierda, demuestra el fin de los líderes guerrilleros como Thaci, quienes habían dirigido Kosovo desde que logró su independencia. Con ello los líderes de Kosovo planean dar inicio a una nueva etapa en el país europeo, una etapa en la cual puedan darle estabilidad a esa joven nación que aun no ha superado las consecuencias de su independencia, así como otorgarle el reconocimiento internacional por la que han luchado.

Finalmente, es relevante mencionar que la victoria de Vjosa Osmani-Sadriu en pleno 2021 se suma a la lista de las pocas mujeres que lideran Estados son una pequeñísima minoría y el hecho de que un país formado hace poco tenga a una mujer en tal cargo habla de cómo han cambiado las perspectivas de algunos Estados en la actualidad. Sin duda, se deben de reconocer e impulsar el romper estándares, para entender a las mujeres como personas capaces de desempeñar cualquier cargo, sin que su género sea un impedimento.

 

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