Más es menos  

23/11/2020

La incertidumbre es una margarita

cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar

Mario Vargas Llosa

Cuando se escucha que en algún país hay manifestaciones sociales y la destitución de un presidente, solemos pensar que lo segundo es consecuencia de lo primero, pero en el caso de Perú las manifestaciones se han hecho presentes en los últimos días como protesta por la destitución del presidente Vizcarra.

Pero ¿por qué fue destituido y por qué esto inconforma a los peruanos y peruanas?

El vicepresidente Martín Vizcarra llegó a la presidencia de Perú en el 2018 después de que su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski, decidiera renunciar a su mandato debido a la presión ejercida por la mayoría legislativa. Ahora, por medio de la misma figura llamada “vacancia por incapacidad moral del Presidente”, prevista en la Constitución peruana, Vizcarra fue destituido.

La figura de vacancia permite que el Congreso peruano pueda decidir si el Presidente tiene las capacidades óptimas para ocupar el cargo y, en su caso, destituirlo.

De esto se puede extraer el razonamiento de que para que el Presidente de Perú pueda ejercer adecuadamente su encargo debe contar con el apoyo de los integrantes del Congreso. En el caso de Vizcarra, la Cámara legislativa sentó su decisión en un supuesto caso de corrupción cometido por el expresidente durante su encargo como gobernador del departamento de Moquegua, cargo que ocupó del 2011 al 2014. Este caso se dio a conocer debido a las acusaciones que señalaban que Vizcarra recibió más de dos millones de soles (moneda peruana) en sobornos para conceder obras públicas en Moquegua y, aunque la Fiscalía aún se encuentra en etapa de investigación y no ha determinado la veracidad de estos hechos, el Congreso los usó para lograr la destitución del Presidente, propiciando así que la vacancia de Vizcarra fuera aprobada por 105 de los congresistas que integran el poder legislativo unicameral de Perú, sobrepasando notoriamente el 66% que se requería. Ante esta decisión, Vizcarra ha manifestado su negación a los cargos por los cuales se le acusa, aunque también ha aceptado su destitución sin tomar medidas en contra.

Si bien la moción de vacancia sí procedió y logró su cometido, debe señalarse que no fue la primera realizada contra el expresidente, ya que hace tan solo dos meses, en septiembre, Manuel Merino de Lama había impulsado otra vacancia contra Vizcarra. ¿Quién es Merino y por qué su figura es importante en esta situación?

Manuel Merino formó parte de la Cámara legislativa por primera vez en el 2001 y, durante su último periodo desempeñando el cargo, fue nombrado presidente del congreso, por lo cual recayó en él el cargo de presidente interino para encabezar el gobierno de transición tras la destitución de Vizcarra.

Pese a que Merino manifestó que respetaría las elecciones presidenciales programadas para abril del próximo año, los peruanos han salido a las calles de Lima -ciudad capital- y otras ciudades a manifestarse en contra de su nombramiento. Durante esas protestas se han presentado casos de violencia, por lo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos manifestó su preocupación ante el uso excesivo de la fuerza policial.

En estas protestas se ha percibido que los ciudadanos se inconforman debido a que consideran que la decisión del Parlamento no fue tomada en un momento oportuno, a pocos meses de que se celebraran las elecciones, y frente a la crisis económica y sanitaria; así como también otra razón por la cual no aprueban la decisión de los legisladores es porque el congreso fue cambiado hace poco y a ello hay que sumar que, en los últimos cuatro años, se han sucedido tres presidentes.

Aunado a lo anterior, el descontento social ha crecido debido a que Manuel Merino no supo contener pacíficamente las protestas que surgieron, e incluso éstas se recrudecieron y se tornaron en más violentas, con lo que ya hay reportes de fallecimientos como consecuencias de la represión policiaca.  

Ante la incapacidad de manejar la situación que se ha expuesto a nivel internacional, Manuel Merino, quien llevaba menos de una semana en el cargo, decidió renunciar, no sin antes desvincularse de la actuación de la policía y solicitando que se investigue profundamente; es así como está nuevamente en manos de un gobierno de transición la responsabilidad de regresar al país peruano la certeza, gobernabilidad y la paz que merecen.

Sin duda, el trabajo contra la corrupción siempre será algo positivo en cualquier gobierno, pues lo ideal en cualquier Estado es que sus representantes sean personas íntegras que trabajen en pro de beneficiar a la sociedad y no en beneficio propio o de algunos cuantos, pero dado que la decisión del Congreso se fundamentó en un caso que aún está siendo investigado se pone en duda las intenciones del poder legislativo. Es importante actuar con apego a las leyes para que la decisión fuera más segura, sin embargo, llegados a este punto nos podemos preguntar, ¿el congreso debió haber esperado a que la Fiscalía terminará su labor de investigación y, en caso de que se concluyera la veracidad de los hechos, entonces ya actuar para remover a Vizcarra de la presidencia?

Ahora, ante la nueva incertidumbre de una nueva toma de posesión, podemos reflexionar desde tres perspectivas: la primera, mirando al presente y cuestionándonos si podemos esperar que el nuevo representante del ejecutivo se responsabilice de la situación actual de su nación; la segunda, mirando al pasado y preguntándonos si las investigaciones contra Vizcarra justificarán la decisión parlamentaria de destituirlo del cargo y, la tercera y última, en miras del futuro con el interrogante de si estarán realmente garantizas las elecciones transparentes y limpias del 11 de abril del 2021.

Hoy Perú es más grande gracias al valor de su gente, quienes han mostrado al gobierno y los políticos que se gobierna para el pueblo y no obedeciendo a intereses personales. Que esto sea una nueva muestra de que los pueblos de Latinoamérica no son botín de nadie.     

 

 

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