El cielo no puede tolerar dos soles, ni la tierra dos amos
Alejandro Magno
En las últimas semanas se ha estado bajo análisis un tema que amenaza la estabilidad internacional, provocando tensión principalmente en Europa sobre las posibilidades de que Rusia inicie una invasión de Ucrania y en todo caso cuál sería la respuesta de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, también conocida como la Alianza Atlántica (OTAN).
El conflicto entre Ucrania y Rusia no es reciente, Ucrania formaba parte de la hoy extinta Unión Soviética, aunque una gran parte del pueblo rechazaba la dominación soviética, tanto que en la Segunda Guerra mundial muchos ucranianos establecieron relaciones con las tropas alemanas y, a pesar de que la Unión Soviética duró hasta los años 90, Ucrania consiguió su independencia en 1991.
Con la separación en 1991 salieron a flote divisiones culturales entre el pueblo ucraniano ya que el país estaba segmentado, por un lado, una gran parte de la población era étnicamente rusa y por otro era étnicamente ucraniana. Esta diferencia se puede ver actualmente en su idioma ya que más del 60% de los ucranianos tiene al ruso como su lengua materna, además, geográficamente la parte este, frontera con Rusia tiene una mayor concentración de población “pro rusa”, dejando al descubierto que esta separación lingüística, étnica y cultural es una de las claves más importantes del conflicto con Rusia.
En 2010 se celebraron elecciones en Ucrania donde el ganador fue Víktor Yanukóvich, miembro del Partido de las Regiones, un partido “pro ruso”. Así inició una nueva y complicada etapa para este país en temas de democracia, donde el encarcelamiento de opositores se volvió una práctica común, como lo fue la ex primera ministra Yulia Timoshenko.
En materia económica, su Producto Interno Bruto crecía y tenía proyecciones muy favorables, fue aquí donde la Unión Europea le propuso a Ucrania convertirse en un miembro más, resultando que en 2012 el presidente Yanukóvich y líderes de la Unión Europea firmaron el tratado de adhesión a ésta.
Sin embargo, en 2013 se anunció que el proceso para firmar el acuerdo de asociación con la Unión Europea quedaba suspendido, generando reacción por parte del pueblo ucraniano, protestas se hicieron presentes, éstas escalaron a tal grado que se convirtió en una guerra civil, ya que con la suspensión se fue la oportunidad de entrar al mercado común de la Unión Europea, lo que reavivó la división cultural que ha marcado su historia. Diversos medios aseguran que la razón principal para tomar esta decisión fue la presión de Rusia queriendo evitar que la Unión Europea tuviera influencia en Ucrania, y la promesa de Rusia de una generosa ayuda económica.
El gran movimiento ucraniano se extendió y exigía el fin del gobierno de Yanukóvich, esto se agravó ya que los manifestantes, en su mayoría tenían formación militar y los encuentros violentos con policías no se hicieron esperar.
Finalmente, en enero de 2014 el presidente Yanukóvich huyó del país, los opositores tomaron el control de las instituciones ucranianas liberando a la ex primera ministra Yulia Timoshenko y celebrando elecciones presidenciales, las cuales ganó. No obstante, y tomando en cuenta la gran división de la población entre ucranianos y ucranianos “pro-Rusia”, cuando el presidente Yanukóvich huyó, de inmediato en la zona suroeste del país (frontera con Rusia) en la región de Crimea, donde se concentra una mayoría “pro rusa”, comenzaron a aparecer grupos armados que tomaron edificios de gobierno mostrando oposición al gobierno de Yulia y su interés por que Rusia tomara el control de esa región.
Después de la celebración de un referéndum, la población de Crimea decidió ser anexada a Rusia, aunque se pone en duda si realmente fue democrático este ejercicio, por ello los países occidentales no reconocen dicha anexión aunque de facto Crimea está bajo el poder de Rusia, por esta acción es que se le expulsó a Rusia del llamado Grupo de los ocho o G-8, un grupo de países que cuentan con economías industrializadas y que se reúnen para analizar el estado de la política y las economías internacionales.
Al igual que en Crimea en otras regiones del este de Ucrania comenzaron a aparecer más grupos armados, donde después de enfrentamientos con el ejército ucraniano, estos grupos proclamaron la República de Donetsk y la República de Lugansk, las cuales siguen funcionando actualmente con sus propias instituciones, sin el control de Ucrania.
La OTAN acusó a Rusia por el apoyo militar en la zona, y como consecuencia las relaciones entre Rusia y la OTAN se tensaron aún más, mientras que en Ucrania sigue sin resolverse los problemas internos, en una lucha interminable por recuperar su territorio y lograr la unión de sus ciudadanos.
Por todo lo anterior, surge la pregunta ¿Por qué existe tanto interés por tener poder en Ucrania?, bueno la ubicación geográfica de este país lo coloca justo en medio de Europa y Rusia, un punto de contacto sumamente importante y estratégico principalmente en la industria energética.
Tanto para la OTAN como para Rusia, Ucrania representa un socio clave para sus intereses, ya que por su territorio cruzan gasoductos provenientes de Rusia que llegan a diversos países de Europa, el cual representa aproximadamente el 85% de toda su exportación de gas. Ucrania, por su parte, recibe por el paso de ese gas una especie de impuesto, cantidad que representa el 3.8% del PIB para este país. Así que estos gasoductos realmente crean una dependencia para los involucrados, lo que empujó a la industria gasera rusa a la construcción de otro gasoducto denominado “Nord stream 2 route”, el cual conecta a Rusia con Alemania mediante el Mar Báltico y sin intervención de terceros países, este gasoducto aún no está en funcionamiento.
Con el conflicto armado al este de Ucrania luchando por recuperar su territorio, el presidente ruso Vladímir Putin exigió el pasado diciembre que la OTAN y especialmente a EE.UU. dejen de incentivar a Ucrania, sin embargo, la OTAN indicó que, si un país cumple con los requisitos necesarios para su integración, ésta no se la negara, lo que hizo enfadar al presidente ruso.
La reacción inquietante de Rusia se compone de 2 razones principales, la primera es que busca mantener la gran influencia que tiene en el este de Ucrania y la segunda, quizá más importante, es la preocupación de la cercanía de la OTAN, especialmente de EE. UU. y la posibilidad de que éstos establezcan armamento en Ucrania que amenace la seguridad de Rusia.
Si bien la situación internacional se torna tensa, la realidad es que una guerra es muy poco probable, sin embargo, Rusia no dejará de tener en sus planes el volver a controlar a toda Ucrania o al menos la parte este del país anexando a su amplio territorio las Repúblicas de Donetsk y Lugansk donde tiene ventaja.
Como mencione al principio, una de las grandes claves en este conflicto y que no hay que dejar de lado es la separación étnica y cultural que existe, ya que una importante parte de la población de Ucrania al ser abiertamente “pro rusa” no vería con malos ojos una intervención rusa en Ucrania, haciendo que sea mucho más difícil el defenderse de un posible ataque.
Por ahora, los países de la OTAN no dejan de allegarse de armas y apresuran la ampliación y capacitación de sus ejércitos de forma “preventiva”, sin olvidar que su principal objetivo es tener en Ucrania un aliado a nivel estratégico.
Imagem Ilustrativa do Post: Albert V Bryan Federal District Courthouse – Alexandria Va – 0011 – 2012-03-10 / // Foto de: Tim Evanson // Sem alterações
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