Cuando el dedo apunta al cielo, el tonto mira el dedo

Amèlie 

Considerada como una ciudad sagrada por los fieles de las tres grandes religiones monoteístas —judíos, cristianos y musulmanes— Jerusalén se convirtió en objeto de numerosas disputas que, a lo largo de los siglos, derivaron en reiteradas conquistas y reconquistas. En la actualidad, la contienda continúa presente, esta vez, en relación al estatus de Jerusalén, una ciudad que tanto israelíes como palestinos reclaman como su capital.

Se trata de un conflicto político pero también religioso. Para Israel, Jerusalén es su capital indivisible, para los palestinos, Jerusalén del Este es la capital de su país. Esta lucha ha ocasionado numerosas disputas que, a lo largo de siglos, han derivado en reiteradas conquistas y reconquistas. Se han realizado esfuerzos de diferentes naciones del mundo para reanudar el proceso de paz que aleje el conflicto palestino-israelí, sin embargo, el conflicto sólo requiere de una chispa, para arder con gran fuerza, esa chispa se generó en Washington (mediador en el conflicto árabe-israelí).

Este miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció unilateralmente el reconocimiento oficial de la ciudad de Jerusalén como capital del estado de Israel, con las siguientes palabras: "He determinado que es tiempo de reconocer oficialmente a Jerusalén como la capital de Israel", "Esto no es más que el reconocimiento de la realidad", ya que en la práctica hay zonas de la ciudad que ya funcionan como la capital israelí: el Parlamento, los Ministerios, el Banco Central y el Tribunal Supremo.

A la par de la declaración de Jerusalén como capital indivisible de Israel, dio instrucciones al Departamento de Estado para iniciar la preparaciones necesarias para la mudanza de la sede diplomática -Embajada estadounidense de Tel Aviv- a la ciudad de Jerusalén, cabe resaltar que, actualmente ninguna embajada se encuentra en esta ciudad, toda vez que la ONU llamó a la comunidad internacional a retirar sus oficinas de representación de la Ciudad Santa.

Antes y después de realizar las declaraciones, una buena parte del mundo advirtió y lamentó la determinación de Trump:

• Los líderes de países musulmanes advirtieron sobre las consecuencias en caso de que EE.UU. reconozca a Jerusalén como capital israelí.
• El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, Saeb Erekat, calificó la decisión tomada por Estados Unidos como totalmente inaceptable y advirtió que estaba fortaleciendo a las fuerzas de los extremistas en la región.
• El presidente de Francia, Emmanuel Macron, manifestó su desacuerdo y desaprobación con el anuncio unilateral.
• El Ministerio de Exteriores de Irán manifestó su condena a la decisión de Estados Unidos de mudar su embajada a Jerusalén e indicó que es una violación de las resoluciones internacionales.
• Jordania advirtió de consecuencias graves que socavaría los esfuerzos para reanudar el proceso de paz.
• El jefe de la Liga Árabe, Abul Gheit, indicó que esa decisión nutriría el fanatismo y la violencia.
• Turquía advirtió una enorme catástrofe.
• Las facciones palestinas declararon tres días de ira y rabia popular
• el presidente Egipto Abdul Fattah al-Sisi, instó a no complicar la situación y desistir de una decisión que podría generar un conflicto en la zona.
• El presidente palestino alerta al estadounidense de las peligrosas consecuencias de tal decisión sobre el proceso de paz, la seguridad y la estabilidad en la región y en el mundo.
• El Papa Francisco se dijo preocupado por la situación y pidió que se respetara el status quo

El único que recibió con beneplácito el anuncio fue Israel, que declaró un día histórico y expresó su agradecimiento al presidente Trump, por una decisión valiente y justa que refleja su deseo de cumplir sus promesas y el avance hacia la paz en la región.

A pesar de todo, Trump indicó que las decisiones tomadas no significaban una ruptura con el compromiso de paz en la región y aseguró que su gobierno está preparado para respaldar la solución de dos estados, si así lo acordaban ambas partes.

El reconocimiento unilateral realizado por Estados Unidos de América no servirá para solucionar la cuestión de fondo, sino que promete avivar tensiones en Oriente Medio,  así como reduce las posibilidades de un proceso de paz entre israelíes y palestinos. No cabe duda que hay personas que se regocijan de ver el mundo arder, a estos se les debería de condenar por piromaniacos intelectuales.

 

Imagem Ilustrativa do Post: Donald Trump // Foto de: Matt Johnson // Sem alterações

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