La ceguera de la esclavitud moderna

19/02/2018

“He liberado a miles de esclavos y habría liberado a miles más,

tan solo si ellos hubieran sabido que lo eran”

Harriet Tubman

 

Pese a que la esclavitud fue declarada ilegal por la mayoría de los países hace más de cien años, en el mundo se contabilizan aproximadamente cuarenta millones de esclavos modernos que son sometidos a explotación sexual, trabajos degradantes o no deseados, tráfico de personas, trabajos forzados, esclavitud por deuda, tráfico de órganos, inducción a actividades criminales, servidumbre doméstica, matrimonios forzosos y diferentes formas de abuso que, en su mayoría, se genera hacia extranjeros, quienes son empleados contra su voluntad, engañados o sin paga.

Las víctimas de la esclavitud moderna son deshumanizadas por sus victimarios y consideradas como propiedad de sus empleadores, tratadas como mercancía, maltratadas, humilladas, hacinadas en cuartos y casas, encerradas en depósitos, comercios y obras en construcción. Estas víctimas son invisibilizadas y, a pesar de que pudieran prestar sus servicios a centenares de clientes, su condición de esclavitud es especialmente inadvertida.

Este fenómeno sucede en cualquier parte del mundo, desde los países desarrollados hasta los países conocidos como “Tercer Mundo”. Generalmente estas  mafias se aprovechan de la desesperación, vulnerabilidad y tragedia de las personas, como en el caso de los hombres y mujeres subsaharianos atrapados en países árabes en su camino a Europa, o los crecientes casos de esclavitud en Reino Unido.

En realidad podemos considerar que nunca hemos dejado atrás la esclavitud, sino que simplemente se ha transformado enfocándose en los grupos sociales menos favorecidos, y si bien es cierto que antes el foco estaba puesto en la explotación sexual, en donde las víctimas son mayoritariamente mujeres, actualmente, diversos tipos de trabajos forzados son realizados por hombres, en su mayoría.

¿Acaso podemos negar conocer que en nuestro país existen adolescentes y mujeres, en muchos casos inmigrantes, obligadas a prostituirse en bares, burdeles y casas de citas, servidumbre doméstica sin seguridad social, mujeres vendidas como esposas, niños y adultos mayores obligados a la mendicidad forzada en las calles pidiendo limosna, jornaleros a los que se les impone trabajar sin sueldo o con uno miserable? Y ¿hasta qué punto habremos ignorado o contribuido a la esclavitud moderna?

No debemos confundirnos, estas personas no son víctimas de la globalización, sino de las mafias, el desinterés de la población y la omisión de los Estados que cierran los ojos ante un problema grave, que es difícil de identificar y que, por suerte, cada vez hay más voces denunciándolo. Debemos considerar seriamente que la esclavitud puede estar más cerca de lo que pensamos, pues no debemos ignorar que hoy en día hay esclavos invisibles.

 

Imagem Ilustrativa do Post: Acorrentado // Foto de: Fabyano Gomes // Sem alterações

Disponível em: https://flic.kr/p/6psRZa

Licença de uso: http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/legalcode

O texto é de responsabilidade exclusiva do autor, não representando, necessariamente, a opinião ou posicionamento do Empório do Direito.

Sugestões de leitura