El origen

18/05/2020

El pasado es prólogo

William Shakespeare

Edward Lorenz indicó que el aleteo de una mariposa en Brasil podría producir un tornado en Texas, es así como se describe la esencia del caos y de lo impredecible.

Como seres racionales que somos, buscamos respuesta a los fenómenos que ocurren y afectan en la sociedad. En este sentido, desde que comenzó la propagación de SARS-CoV2 –conocido popularmente como COVID-19-, nos hemos preguntado acerca del origen del mismo. ¿De dónde salió este virus? Aunque han surgido varias hipótesis que apuntan a que se trata de un arma biológica creada en laboratorio, también existen otras tantas voces que abogan por el hecho de que la propagación de este virus se ha producido de manera natural, es decir, a través de zoonosis (de animal a humano).

En todo caso, sea una u otra la hipótesis que se adopte, la realidad es que se debe reconocer lo poco que sabemos acerca de bioseguridad. En cuanto a la experimentación tenemos que tomar en cuenta que existen diferentes tipos de laboratorios en el mundo y, entre ellos, existen diferentes niveles de seguridad.

Como punto inicial, tenemos que conocer las categorías de los laboratorios, pues estos se pueden clasificar en 6 diferentes tipos: 1) de análisis y control de calidad: busca encontrar y mejorar diferentes deficiencias dentro de las muestras de control; 2) clínicos: son aquellos que comúnmente llamamos laboratorios médicos, vinculados con servicios sanitarios, los que buscan el análisis de muestras biológicas con el fin de encontrar un diagnóstico; 3) de producción: su objeto de estudio se basa en poder implementar nuevas tecnologías y crear industria, como los laboratorios farmacéuticos; 4) salas blancas: lugares especializados para mantener la contaminación controlada, principalmente para el almacenamiento de material quirúrgico; 5) investigación y desarrollo: varía de acuerdo a lo que el laboratorio este enfocado a investigar; 6) bioseguridad: estos laboratorios realizan investigación biológica de agentes patógenos. Este último rubro es el que ha estado en la mira desde finales de 2019, cuando empezó a esparcirse el virus en Wuhan, considerando que había salido de un laboratorio.

Ahora bien, ¿qué se puede o no hacer dentro de estos laboratorios? Esto depende del nivel, ya que éste determinará las medidas estrictas de seguridad que deben seguir: a) nivel 1: nivel más básico, los agentes que ahí se trabajan representan un riesgo mínimo o nulo para la salud. Suelen tratar cultivos de células y bacterias no infecciosas; b)  nivel 2: Estos laboratorios están enfocados al nivel de enseñanza, en los cuales se manejan organismos clasificados con riesgo moderado y su letalidad no es alta ; c) nivel 3: trabajan con agentes patógenos que pueden ser fatales para el ser humano, por lo que el acceso está restringido; d) nivel 4: son laboratorios de máxima seguridad, en estos laboratorios se trabaja con patógenos de extremo peligro para la salud, además tienen una capacidad de contagio extraordinaria.

Este último nivel de laboratorios son extremadamente peligros y se pueden encontrar en países como Japón, Estados Unidos, Italia, Reino Unido, Suecia, España, Italia y China, entre otros.

Los laboratorios especializados en bioseguridad nivel 4 están autorizados para manipular virus letales, ya que el fin es conocer el virus, sus debilidades y mutaciones, llegando incluso al hecho de que dentro de estos laboratorios es posible contener patógenos peligrosos como es el caso de la viruela y, en este sentido, podemos cuestionarnos ¿por qué se permite que virus tan peligrosos se guarden aun sabiendo el riesgo que causan? La respuesta sería que esta práctica se realiza por precaución, ya que se puede experimentar con esos virus, aunque desde otra perspectiva, estos laboratorios pueden ser un gran peligro si no se implementan extremas medidas de seguridad, pues la manipulación de los virus puede llegar a provocar que se genere un daño de manera intencionada, lo que se entiende como bioterrorismo. En este tenor, basta recordar los casos de ántrax que se presentaron hace más de una década, los cuales sacudieron con fuerza a la sociedad, generando temor en la población.

Sin duda, la existencia de laboratorios que estudien patógenos que afecten la vida humana son de carácter primordial, pero es cuestionable si deben hacerse estos experimentos con cargo al presupuesto de un país o si la inversión debe provenir del sector privado, llegando incluso a que se deba analizar cuán regulados realmente están estos laboratorios y no solo volver la vista cuando surgen serias dudas con respecto a su proceder, como es el caso del COVID-19, en donde se ha señalado al laboratorio nivel 4 que circunstancialmente se encuentra en Wuhan; lugar que es el epicentro del surgimiento del virus que tantos efectos negativos ha dejado en el mundo entero.

Poco a poco la gente ha dejado de dar importancia al origen y ha tornado la mirada hacia sus efectos, los cuales se vislumbra que no serán menores. Por simple justicia hacia la humanidad, se debe esclarecer la verdad histórica de los hechos.

 

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