Coluna Fictio Iuris

“El único Estado estable es aquel en que todos los ciudadanos son iguales ante la ley”. Aristóteles

Desde hace prácticamente dos años, estamos a vueltas con la idoneidad de las vacunas contra la COVID-19. La mayoría opina que son necesarias, mientras que otros consideran, desde una perspectiva conspiranoica, que son mecanismos de control gubernamental o que, simplemente, no sirven para nada.

Independientemente de la postura que se adopte, el tema de la vacunación contra el famoso coronavirus ha desencadenado, ahora, una nueva problemática en lo que a deporte profesional se refiere. Concretamente, me estoy refiriendo al caso del tenista serbio Novak Djokovic.

Djokovic llegó a Melbourne para disputar el Open de Australia, lo cual no representaría ninguna novedad de no ser por el hecho de que no está vacunado contra la COVID-19. Esta situación ha generado un clima de tensión entre las autoridades australianas y el tenista ya que, por una parte, Djokovic no es partidario de las vacunas, así como sostiene que en el mes de diciembre de 2021 contrajo el virus, por lo que, según él y sus abogados, ya está inmunizado, mientras que el gobierno australiano manifiesta que, para acceder a su territorio, se requiere estar completamente vacunado, por lo que esa circunstancia es insondable. Además, hay que añadir que Djokovic llegó a la tierra del canguro bajo la autorización de una exención médica por parte de los organizadores del torneo, lo cual provocó un problema a tres bandas: gobierno, organizadores y tenista.

En este contexto, inicialmente, las autoridades cancelaron el visado del serbio para estar en el país y poder disputar el torneo de tenis, sin embargo, los abogados de Djokovic recurrieron la decisión bajo el argumento de que el jugador siguió todos los pasos que él creyó necesarios para entrar en Australia, lo cual fue aceptado por el juez Anthony Kelly, del Tribunal del Circuito Federal de Melbourne. Como consecuencia del fallo, se determinó restaurar el visado del tenista además del respectivo pronunciamiento en costas.

El pasado viernes, las autoridades australianas volvieron a la carga, revocando por segunda vez el visado de Djokovic, esta vez como consecuencia de la actuación directa del ministro de Inmigración, Alex Hawke, quien haciendo uso de una potestad que la Ley de Inmigración le confiere, determinó cancelar el visado del jugador con base “en razones sanitarias y del mantenimiento del orden por ser de interés público”.[1]

Al momento de la redacción de esta columna, los abogados de Djokovic tienen la intención de recurrir, nuevamente, la decisión, sin embargo, la fecha de inicio del Open de Australia está muy próxima por lo que existen grandes probabilidades de que el serbio no pueda disputar el torneo.

Toda esta controversia pone de relieve la importancia de tener siempre presente que, en todo Estado de derecho que se precie, la norma debe ser respetada y cumplida, con independencia de que se esté ante un deportista profesional de importancia internacional, una persona pudiente o un individuo con escasos recursos.

Quizás pueda ser criticable la obligatoriedad o no de la vacunación contra la COVID-19, sin embargo, desde el momento en que las autoridades determinan que el acceso al país está condicionado al cumplimiento de la pauta completa de la vacuna, ello se convierte en un requisito que debe ser atendido. Como se suele decir coloquialmente, la norma está para cumplirse, y el hecho de discrepar o compartir el criterio de la vacunación no puede habilitar una transgresión de aquella pues, de lo contrario, se podrían habilitar argumentos tales como, por ejemplo, que alguien no esté de acuerdo con tener que mostrar su pasaporte al llegar a un aeropuerto extranjero por considerarlo fútil o por estimar que afecta a su derecho de libertad de movimiento.

Habrá que estar a la espera de lo que sucederá con el jugador pero, en todo caso, si finalmente se le permitiera disputar el Open de Australia, ello podría suponer un importante precedente que, sin duda, modificaría de una forma radical la forma de afrontar la pandemia por parte de los diferentes países, así como también daría lugar a una nueva forma de entender los derechos en los tiempos del COVID; máxime cuando la tenista checa, Renata Vorácová, abandonó hace varios días las tierras australianas debido a la cancelación de su visado por no estar completamente vacunada.

Notas e Referências

[1] Boti, David, ¡Australia cancela el visado de Djokovic de nuevo!, Sport, publicado el 14/01/2022. Disponible en https://www.sport.es/es/noticias/open-de-australia/cancelado-nuevo-visado-djokovic-13095572