Los ojos de los demás nuestras prisiones, sus pensamientos nuestras jaulas

Virginia Woolf

Quienes somos contempla todos los aspectos de nuestras vidas, desde como pensamos hasta como nos vemos, todo es parte de un mismo ser. El ataque con ácido es una forma de violencia extrema generalmente contra la mujer, la cual involucra arrojar a la cara y/o cuerpo de otra persona ácido. Es un acto cobarde premeditado que busca dañar física y psicológicamente a la víctima de forma permanente.

El efecto inmediato es la corrosión de la piel causando quemaduras químicas graves, en caso de caer en los ojos, la pérdida de la vista y en el peor de los casos la muerte, además del daño físico permanente e irreparable en la mayoría de las ocasiones, son los daños psicológicos subsecuentes, la desvalorización de la persona ante la sociedad, la destrucción de su autoestima e identidad física y, el estigma y marcas visibles que carga la víctima permanentemente como una muestra de odio del agresor.

La carga simbólica de este tipo de actos es altísima, la ONU entiende estos ataques como una forma devastadora de violencia de género ya que de acuerdo con la organización Acid Survivors Trust International (ASTI), más del 80% de las agresiones van dirigidas a mujeres y niñas de los cuales alrededor del 30% son menores de 18 años.

Actualmente es preocupante que los ataques con ácido cada vez resultan ser más comunes en países en desarrollo, tal es el caso de India, Pakistan, Bangladesh o Colombia, así como en aquellos en los que gran parte de la valoración de una mujer está relacionado con su belleza. Tan solo en India, la ASTI tiene una estimación que alcanza a los mil ataques de este tipo anualmente, teniendo como principal motivación de los actores la venganza por propuestas de matrimonio rechazadas o insinuaciones sexuales fallidas.

En México, la falta de cifras oficiales no nos permite conocer claramente el número de ataques con ácido en las últimas décadas, lo que genera incertidumbre y falta de reconocimiento del problema, carecía de atención de las víctimas y de una debida persecución de los agresores. 

En México, por ejemplo, el Código Penal no tipifica adecuadamente este tipo de ataques. Recientemente se realizó una reforma al artículo 6 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia valorando este tipo de ataques como violencia física en razón de género, sin embargo, es importante trabajar en diversas medidas preventivas como es el caso de la regulación de la venta de ácido, tipificando adecuadamente los delitos en relación a sus múltiples consecuencias, persiguiendo y sancionado a los agresores para evitar impunidad, informando a la ciudadanía acerca de la necesidad de prevención de la violencia de género y atendiendo adecuadamente a las víctimas de este terrible delito.

La laxitud de las autoridades ante este tipo de ataques, aunado a la cultura machista que se vive en diversos países latinoamericanos resultan ser algunos de los detonantes para que este tipo de agresiones ultrajantes para la humanidad se sigan perpetrando. La prevención y erradicación de este tipo de ataques debe mantener a los gobiernos alerta.

 

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